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En mi presentación como cronista adelanté que escribiría acerca de algunas de las personas que ponenciarán en Ciudad Real. Me he decantado por las tres a las que más he leído, a saber: Adela Cortina —nuestra protagonista de hoy—, Malcolm Payne y Pedro Celiméndiz. Al resto de ponentes los he seguido menos, así que me encantará escuchar lo que nos vengan a contar. Adentrémonos ahora en Adela Cortina, filósofa y catedrática de ética por la Universidad de Valencia. Es una de las pensadoras más reputadas de nuestro país y una brillante muestra, junto con Marina Garcés o Remedios Zafra entre otras, de que también en la filosofía las mujeres tenemos mucho que decir.

Las tesis de Adela Cortina han recalado en el trabajo social de la mano de Francisco Idareta, conocido investigador sobre ética dentro de la profesión. Idareta resume muy bien el pensamiento de Adela Cortina en un fragmento de su artículo De la ética misericordis de Concepción Arenal a la ética cordis de Adela Cortina. Dice así:

Para Cortina, la ética no puede reducirse al cumplimiento del deber, sino que debe permitir dar respuesta a los problemas diarios de la ciudadanía. En la actualidad, inmersos en plena crisis sanitaria, podemos comprobar que no es suficiente con reclamar derechos, sino que es necesario asumir responsabilidades (…) Para ello, Cortina erige su propuesta sobre la capacidad del ser humano de darse normas a sí mismo a través de la razón, el diálogo y la cordura, estableciendo una ética de mínimos a partir de valores compartidos, la cordialidad que complementa su fundamentación ética inicial y la participación de la ciudadanía en las normas que les afectan.

Adela Cortina es conocida fuera del ámbito académico desde la publicación de su famoso e interesantísimo libro Aporofobia. El término aporofobia es un neologismo que ella acuñó, cuya historia constituye el primer capítulo del ensayo, una aproximación global a la problemática del odio hacia los pobres. En la obra analiza las causas de este odioso fenómeno incluyendo los mecanismos cerebrales que contribuyen al prejuicio. Y es que para Cortina actuar moralmente requiere no solo de la razón sino también de la emoción. Además de analizar profundamente el fenómeno de la aporofobia cierra la obra con propuestas políticas, educativas y económicas para combatirlo. Ello demuestra su interés, como decía Idareta en el párrafo textual, por dar respuesta a los problemas diarios de la ciudadanía. El libro merece la pena y para muestra valga este botón.

La ética, como sabemos, juega un papel trascendental en el trabajo social como profesión de ayuda que es. Estoy segura de que la ponencia de Adela Cortina ofrecerá muchas claves para la reflexión. Por mi parte estaré bien atenta a su intervención. Espero verte por los pasillos del auditorio para comentarla y que me cuentes qué te ha parecido. Y si partir no pudieres ha dispuesto la señora duquesa que noticia tengas por boca desta cristiana vieja.

Autora: Belén Navarro