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Tras haber recuperado por fin las horas de sueño, me siento a relatar lo vivido en el XIV congreso estatal de trabajo social y II iberoamericano, celebrado en Ciudad Real. Su lema: Trabajo social en esencia, cambiar para avanzar, crear para crecer. Un congreso que ha sido el fruto del esfuerzo titánico del colegio de trabajo social de Castilla-La Mancha y del Consejo General del trabajo social.

No sería justo comenzar esta crónica sin subrayar lo que han hecho Emi, Floren, Cruz, Gabriel, Tuca, Óscar, Lorena, Amán, Carolina, Rafa… y tantas otras muchas personas del consejo general y del colegio de Castilla-La Mancha que han dormido poco, muy poco y han trabajado mucho, pero mucho, mucho. Todas las personas que componen la organización merecen el más cálido reconocimiento, con sus errores —los tiempos, un quebradero de cabeza— y sus muchos aciertos. No es nada fácil atinar siempre en un evento de estas características.

El congreso se elaboró en torno a tres ejes:

Eje 1: Ética y deontología como pilares clave para la calidad en la intervención social.

Eje 2: Generando conocimiento desde la práctica profesional.

Eje 3: Entornos sostenibles y libres de desigualdades, motores de cambio desde el trabajo social.

No haré referencia a las comunicaciones libres pues no pude asistir a todas y seguro había mucha miga en aquellas que me perdí. Vayamos pues. El jueves tuvo lugar el eje 1, que tuvo como ponente marco a Adela Cortina. Antes de ofrecer algunas pinceladas de su intervención quiero señalar dos momentos del día: El primero, la presentación del libro de Mary Richmond Mirando a lo lejos, que compila los escritos de nuestra pionera a lo largo de su vida. El consejo adquirió los derechos para una compleja traducción que ya ha visto la luz.

El segundo acto que quiero resaltar fue la proyección del documental Trabajo social rural: Las chicas del PRAS. Se trata de un documental que narra en primera persona el nacimiento y la evolución de los servicios sociales en el entorno rural de Castilla-La Mancha. Merece mucho la pena su visionado (emocionante en muchas escenas) y el esfuerzo que hicieron para su realización los chicos del Canal de lo social.

Con respecto a la ponencia de Adela Cortina subrayaré dos ideas: la primera, el valor de las virtudes profesionales en la práctica profesional, virtudes que permiten alcanzar la excelencia. Para la filósofa la excelencia consiste en poner la profesión al servicio de la sociedad. La segunda idea, relacionada con la anterior, gira en torno a anteponer las virtudes profesionales a la burocracia para alcanzar esa excelencia profesional. Esta idea sería recogida de alguna manera por Pedro Celiméndiz y Malcolm Payne.

La jornada del viernes se dedicó al eje 2, relativo al conocimiento desde la práctica profesional. Antes de la ponencia de Pedro Celiméndiz y Concha Vicente disfrutamos de la mesa sobre el modelo de servicios sociales. Sobresalieron dos intervenciones: la intervención de Patricia Bezunartea Barrio, directora general de servicios sociales del Ministerio de derechos sociales y agenda 2030 y la de Izaskun Ormaetxea Cazalis, en representación del grupo de modelo de servicios sociales del Consejo General del trabajo social.

Patricia Bezunartea desgranó las tres medidas que nos atañen incluidas en el Plan de recuperación, transformación y resiliencia del Gobierno de España. Se trata de tres:

1.Cuidados de larga duración

2. Modernización del sistema de servicios sociales

3. Nueva normativa: Nos describió los pilares de la ley marco de servicios sociales en la que se viene trabajando desde su dirección general y anunció la creación de una ley de familias.

Izaskun, por su parte, nos deleitó con una volcánica intervención en la que puso negro sobre blanco el modelo de servicios sociales que defiende el trabajo social, que podemos resumir del siguiente modo: De los cuatro pilares a las seis patas. Su exposición fue una de las más aplaudidas y es que Izaskun es , además de una experta en trabajo social, una profesional apasionada y comprometida.

Posteriormente asistimos a la ponencia marco de Concha Vicente y Pedro Celiméndiz. De la intervención de Concha destaco la idea de que la identidad profesional surge de la dialéctica constante entre la teoría y la práctica. Por su parte Pedro Celiméndiz, en un ejercicio maravilloso de irreverencia y saber, puso en pie al auditorio con su llamada a un trabajo social de contrabando.

Elsa Punset nos invitó a viajar al interior de nuestro cerebro. Aunque no comparto algunos de sus posicionamientos me pareció muy oportuno que desde la organización colegial al fin dediquemos un espacio a entender las bases biológicas de la conducta humana y opino, humildemente, que deberíamos continuar ese camino.

El sábado, dedicado a los entornos sostenibles y libres de desigualdades, tuvo como protagonistas a Alicia Girón y Malcolm Payne. La primera, economista mexicana, realizó una lectura crítica y feminista del panorama económico actual. Malcolm Payne, quien había levantado gran expectación, desarrolló su tesis clásica, esto es, que los valores en trabajo social no son los contenidos en el código deontológico sino lo que hacemos en nuestra práctica diaria.

Además de todo lo descrito hubo arte, reuniones, espacios de intercambio, un magnífico lugar de exposiciones en La Venta y diversión, mucha diversión, con dos momentos álgidos, el flash mob del sábado en la que acabamos todas bailando y la clausura, llena de confeti, emoción, música y abrazos. No recuerdo ningún otro congreso en el que se hayan organizado estas actividades con tanto mimo y cariño.

Aquí se despide esta cristiana vieja. Largo y azaroso fue el camino hacia la corte pero vive dios que grandes fueron las maravillas vistas por estos ojos legañosos y toda la pomposidad y circunloquio no alcanza ni si la pongo en toldo y en peana y en un estrado de más almohadas de velludo que tuvieron moros en su linaje los Almohadas de Marruecos. Dios me guarda mis siete o mis cinco sentidos o los que tengo, que no pienso olvidar todas las aventuras que he vivido sin yo merecelo.

Le deseo mucha salud a la señora duquesa y a todo su séquito de condes y condesas, marqueses y gentes de alteza que por antigüedad son nobles y siéndolo han tenido los dones de llevar a una destripaterrones con copo de estopa a narrar lo que allí se hizo y se dispuso.

Vale.